sábado, 20 de octubre de 2012

21º día de tantos.

Ella abre los ojos.
No siente las piernas, ni los brazos.
Ni siquiera abre los ojos.
Tiene la pequeña esperanza de haber muerto.
Teme abrirlos y ver que está en su habitación, o en el hospital.
Recuerda sus manos temblando.
Recuerda la cuchilla rozando su muñeca.
Pero no recuerda sangre, ni dolor.
Sus ojos reciben la orden, y se abren, lentamente.
Ella ve algo oscuro.
Mueve los brazos y encuentra sus piernas.
Ha vuelto a dormir abrazada a sus rodillas.
Ella se levanta y se mira al espejo.
Siquiera mira el suelo, con pequeñas gotas de sangre.
Se viste de uniforme y sale del cuarto.
Desayuna, en silencio.
Luego limpia su habitación, y se va, cojeando.

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