Las 5 de la mañana.
Ella no puede dormir.
Esta vez no la hicieron nada. Solo la insultaron.
Todo bien.
Pero, ¿qué harán mañana?
Ella tiene miedo, otra vez, que más da un insulto más entre tantos.
Ya no la duelen.
Pero quiere salir de ahí, tiene un repentino deseo de salir de ahí corriendo y ponerse a salvo.
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